Son ejercicios aparentemente sencillos, a través de los cuales logramos modificar la postura desarrollando la fuerza necesaria capaz de mantener y mejorar esos cambios posturales, implicando en todo momento y de forma consciente al cerebro.
El Ejercicio Dinámico Postural (EDP)® nace de la necesidad de ayudar a perder el miedo a moverse o enseñar cómo hacerlo de una manera sencilla, segura, llevando en cada gesto la atención de nuestro cerebro a la parte del cuerpo que se está movilizando.
EDP® ve el cuerpo humano como si fuera un mecano con dos bisagras fundamentales:
– caderas (cintura pélvica)
– hombros (cintura escapular)
una serie de palancas:
– las piernas estiradas
– los brazos estirados
– el tronco
Y una base de sustentación:
– los pies
El eje del cuerpo es la cabeza, que dirige y compensa al tronco, y los ojos son el eje de la cabeza.
Para que una bisagra actúe correctamente las palancas deben estar rectas, si se doblan (la bisagra del codo o rodilla) o deforman, no intervendrán sobre ella.
EDP® busca mejorar la fuerza a través del trabajo consciente y correcto de las diferentes partes del cuerpo, implicando en todo momento al cerebro.
Esto es lo que entendemos por fuerza en EDP®:
Y aprende las patologías derivadas de los malos hábitos posturales y el sedentarismo.
Mejora la conciencia y la percepción corporal para tener mayor control postural.
Incorpora patrones de movimiento nuevos para corregir la postura y alcanzar un estado de verdadero bienestar.
Evita problemas derivados del sedentarismo y las malas posturas en el puesto de trabajo a través de la enseñanza y práctica de ejercicios que pueden trasladarse al entorno laboral y a la vida cotidiana.